domingo, 5 de octubre de 2008

Nombre del Autor: Julio Cabero
Año: 2001, Titulo: Tecnología Educativa .Diseño y Utilización de medios en la enseñanza
Editorial: Paidós, SAICE
Cap III


3.4.1.1. ¿Qué podemos entender por comunicación?

La comunicación es un proceso de transmisión e intercambio de información, proceso que no es solamente exclusivo de las sociedades humanas, sino que también puede observarse en las comunidades de animales (Montaner y Moyano, 1989).

Desde una posición etimológica el término comunicar significa –hacer común-, a partir de aquí el número de definiciones que se han propuesto de la misma son bastante amplias y han sido revisadas en profundidad en diferentes trabajos.

Algunas de las características más definitorias de la comunicación son:

La comunicación es un proceso mediante el cual dos o más personas intercambian conocimientos e informaciones.
La comunicación supone una negociación e intercambio de conocimientos e ideas, no la implantación de los mismos de un punto a otro.
Se realiza por diferentes tipos de medios, desde naturales hasta mecánicos o técnicos.
Por lo general, gira en torno a elementos simbólicos y a su forma de estructuración.
La comunicación humana se tiende a realizar mediante una combinación de signos, que van desde los gestuales, hasta los físicos y a los vocales, respecto a los cuales debe de existir cierta convención entre los participantes en el proceso.

Como se observa, la problemática comunicativa puede considerarse desde una perspectiva y sentido restrictivos, tal como especifican las definiciones señaladas anteriormente o, por el contrario, desde una perspectiva más amplia y extensiva, que incluye los tipos de aspectos que intervienen en la comunicación en cuanto proceso de relación e interrelación típicamente humana.


3.4.1.2. Los modelos de la comunicación

En la comunicación se han generado varios modelos así como también teorías de comunicación, es decir representaciones simbólicas de la realidad.
El modelo más elemental es aquel que representa la transmisión de un mensaje por el emisor (E) al receptor (R), a través de unos códigos.
Donde como es sabido, el emisor es la persona u organismo que toma la iniciativa en este proceso; el mensaje, la información, idea o contenido a transmitir; el receptor, la persona u organismo destinatario del proceso; y los códigos, el conjunto de reglas adaptadas por el emisor y el receptor para designar los objetos o conceptos.
Este modelo de Lasswell fue completado por Braddock (1968, citado por McQuial y Windahl, 1989, 46), al incorporar en el mismo dos aspectos; las circunstancias en las que se envía el mensaje y el propósito con el que el comunicador comienza dicho proceso.


Quién > Dice qué > A través de qué medio > A Quién > ¿En qué circunstancias?
¿Con qué propósito?
¿Con qué efecto?

Uno de los modelos que sin lugar a dudas ha tenido mayor significación, tanto en la teoría de la comunicación, como en la teórica de la enseñanza ha sido el formulado por Shannon y su equipo de colaboradores, conocido como el modelo matemático de Shannon. Es un modelo que trata de resolver algunos de los problemas apuntados en el de Lasswell y que gira en torno a la problemática de la transmisión eficaz de los mensajes y que, como sugerirían diferentes autores (Mattelart y Mattelart, 19997), ha influido en diferentes escuelas y corrientes, incuso en aquellas de podrían ser encuadradas como radicalmente opuestas.


La complicación e influencia de las perturbaciones podemos observarlas claramente reflejadas en la propuesta que efectúa Munari (1980) para el análisis del mensaje visual, que podemos extender a la comunicación general. En ella se parte de dos cuestiones básicas: se presume que un emisor emite mensajes y un receptor los recibe. Pero el receptor está inmerso en un ambiente lleno de interferencias que pueden alterar e incuso anular el mensaje. (Munari, 1989, 83) aunque el mensaje llegue al receptor debe de pasar por una serie de filtros sensoriales, operativos y culturales antes de que provoque la respuesta; filtros tales como defectos sensoriales que impidan captar el mensaje o las actitudes de los receptores hacia el contenido del mensaje o ante el medio en cuestión.


Hennings (1978) centrándose más en la comunicación interpersonal entre el emisor y el receptor, establece que hay una serie de estímulos verbales físicos, vocales, y situacionales que determinan la codificación de la información por el emisor y la decodificación de la misma por parte del receptor. En este sentido las nuevas tendencias recepcionistas de la comunicación vienen a indicar que lo importante no es lo emitido si no lo recibido, lo cual le dará al estudio del receptor su máxima significación y trasladará el problema de estudio del texto al receptor y a sus características fisiológicas, educativas y culturales que facilitarán o dificultarán su participación en el proceso.


3.4.1.3 La comunicación audiovisual

Una de las características que se le asignan a nuestra sociedad contemporánea, es la de ser una sociedad de la información y, más concretamente, de la información audiovisual. Constantemente aparecen estudios que tienen a destacar el número de horas que pasamos delante de la televisión, que escuchamos la radio o que invertimos en juegos multimedia; al mismo tiempo asiduamente se están ampliando nuestras ofertas comunicativas e informativas con la aparición de nuevos medios como los multimedia, la televisión por cable y satélite o la red de comunicación Internet.

Desde una perspectiva general, podríamos decir que la comunicación audiovisual es aquella que se establece entre el emisor y receptor, utilizando por ello una serie de sistemas simbólicos icono-visuales e icónico-sonoros, de forma separada o simultánea, y que persigue impactar en determinados sentidos sensoriales humanos.

Aunque comprenderemos esta situación si tenemos en cuenta que el componente icónico-visual, lo que podríamos entender como imagen, ha sido uno de los más relevantes y estudiados en el terreno de la comunicación audiovisual, por encima de los icónicos-sonoros.



3.4.1.4. La imagen y los signos icónicos. Posibilidades educativas y didácticas de las imágenes.

La palabra imagen viene de la raíz indoeuropea yem y del latín imago. Etimológicamente significa –gemelo- es decir, la copia o representación de algo.

Prendes (1994), en su tesis doctoral sobre el análisis de las imágenes didácticas, nos habla de que el estudio de la imagen puede ser realizado desde cinco grandes perspectivas: semiótica, psicología, historia del arte, por su contraste frente al grafismo y pedagógica.

Gubert (1987, 396) por su parte, diferencia cuatro grandes grupos de imágenes en función de su acercamiento o alejamiento de la realidad: imágenes abstractas, gráficas, símbolos y modelos ya establecidos.

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